24.7.10

Cuando te detenés a mirar el mundo, a observar la belleza que nos rodea, cuando te reís hasta que no podés más con tus amigos, cuando hacés lo que amás hacer, cuando viajas a un lugar que no conoces, cuando escribís una canción, cuando se te acelera el corazón ante una mirada, cuando haces el amor, cuando amás … te sentís vivo.

Pero no solo la felicidad te hace sentir vivo, sino también saber que dejás un testimonio de tu vida, saber que cuando ya no seas, algo de vos seguirá vivo en lo que vendrá.

¿Pero si sabés que no hay futuro?

¿Que nada de lo que hagas, ningún legado que dejes, ninguna contribución que hagas te va a sobrevivir?

¿Si sabés que todo se termina es posible sentirse vivo?

¿Cómo se puede ser feliz sabiendo que la vida se va a convertir en invierno? En un invierno eterno.

Las cosas que nos hacen sentir realmente vivos son las cosas que vencen a la muerte, las que perduran en el tiempo. Porque el éxtasis, la felicidad, es trascender. Es el momento en que todos somos eternos y estamos vivos de verdad